Emily miró su reloj por tercera vez en menos de diez minutos.
Julie había dicho que saldría a tomar aire.
Y eso había sido… demasiado tiempo atrás.
Sacó el teléfono, marcó su número.
El tono sonó una vez.
Dos.
Tres.
Hasta que se desvió al buzón.
Frunció el ceño.
Volvió a llamar.
Esta vez no hubo tono.
Solo desvió directo.
Sin timbre. Sin opción.
Y eso bastó.
Emily se puso de pie sin pensarlo.
Salió del bar, decidida a encontrarla.
***
En el área de fumadores, cerca de una fuente decorativa, Matías estaba de pie con un cigarrillo entre los dedos, mirando la noche sin demasiado interés.
Emily lo vio y caminó hacia él.
—¿Has visto a Julie? —preguntó sin preámbulos.
—No Emily, no la he visto ¿por qué?
—Salió a despejarse… pero ya tardó mucho. Y no responde.
Matías soltó el humo lentamente.
—Seguro fue a buscar a su semental.
Emily lo miró sin gracia.
—No es momento para bromas-. Dijo recordando en ese momento a Sean-. Llámalo. A