Julie cerró la puerta de la suite con un leve clic y se apoyó contra ella, como si necesitara algo sólido que la sostuviera. El silencio del cuarto la envolvió de inmediato, tan denso como el torbellino de pensamientos que le golpeaban la mente.
Se llevó una mano al pecho. Su corazón latía con fuerza, como si acabara de correr una maratón. Pero no era cansancio físico. Era otra cosa. Algo más profundo. Más inquietante. Adrenalina.La propuesta de Sean seguía resonando en su cabeza como un eco imposible de silenciar. *“Cásate conmigo.”*Se dejó caer en el sofá, sin molestarse en quitarse los tacones. Se sentía como si el suelo se hubiera movido bajo sus pies. Como si todo lo que había planeado con tanto cuidado se hubiera desmoronado en cuestión de minutos. Un matrimonio por conveniencia.Con Sean Castelli.¿Estaba loca por siquiera pensarlo? Se llevó las