Hubo silencio al otro lado del teléfono.
Por un momento, la voz suave y pegajosa de la mujercita llegó a sus oídos.
—Yo también te amo.
El corazón de Lucía latía con fuerza. Sus mejillas era rojas como febriles y rápidamente colgó la llamada después de hablar.
Apretó su celular por un momento y se rio suavemente.
Llvaban tantos años casados, y parecía que los dos nunca habían dicho oficialmente "Te amo."
Lucía se estiró, sintiéndose bien como si estuviera en las nubes. La figura de ese hombre definitivamente volvería a aparecer en su sueño esta noche.
Después de colgar el teléfono, Polo estaba a punto de dejar que Omar condujera para recogerlo, pero escuchó un sonido detrás de él.
—¿Es esa señorita García?
Su corazón se apretó, y se dio la vuelta bruscamente. Una luz fría apareció debajo de sus ojos.
—¿Por qué sigues aquí?
—Polo... —Serena hizo una pausa y luego cambió sus palabras—, Señor Juárez, no es una solución seguir así con la señorita García.
La cara de Polo estaba sombría, —¡M