Capítulo 997
Santiago se recostó perezosamente en el sofá de piel de cordero.

Hacía tiempo que la criada había preparado el Yega hecho a mano que él siempre bebía, y el aroma del café permanecía en la punta de su nariz, haciéndole sentir como si estuviera soñando.

En el sueño estaba en Santo Córdova, se despertó y volvió a la ciudad central.

—¿Cómo va todo, hijo? —le preguntó Lucía con una sonrisa en la cara—. ¿Qué tal la tarta?

Santiago asintió con la cabeza en respuesta: —Yummy.

De hecho, no tomó más que unos pocos bocados, no era un fan de las cosas dulces en primer lugar.

Oía que a papá tampoco le gustaba, pero cuando mamá lo hizo, él siguió su ejemplo.

Y mamá le llamaba 'Albóndigas Calvas'.

Santiago rio suavemente, de hecho, entre los pares de su papá, ya estaba bastante bien. La Familia Juárez ya tuevieron buenos genes en esta materia, aún en la edad madura, Polo seguía siendo un tío recto y apuesto, los años le habíam agregado algunos puntos más de vicisitudes de encanto.

—Papá, mamá—Santiag
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