HARPER
Ya no necesitaba descifrar sus palabras; esa mujer lo había confirmado.
Hablaba de él… De mí.
Pero… El significado, ese era el que aún no podía creer.
Llevé una mano a mi boca mientras escuchaba las risas de burla y el sonido de sus tacones alejándose.
—¿Dylan… Dylan está saliendo con otra? —aquella pregunta surgió de mis labios como un suspiro inevitable.
Salí del cubículo como un reflejo. Mi cuerpo se movía sin consultarme.
La imagen del espejo me pareció ajena. Dejé mi cartera a un lado y empecé a lavarme las manos. Me detuve mirando fijamente ese anillo ostentoso en mi dedo. ¿Entonces por qué esto? ¿Para qué?
Salí de aquel baño perdida en mis pensamientos. Confundida.
Caminé por el pasillo sin saber qué hacer. La mayoría de los cubículos ya estaban vacíos. De pronto, una voz familiar me llamó; giré sobre mis talones. Era Sherlyn, la secretaría de Dylan:
—Buenas tardes, señorita Harper —dijo acercándose a mí con un portapapeles en sus manos.
Pestañeé varias veces, tardando u