Mundo ficciónIniciar sesiónLas luces de los reflectores eran tan intensos que por un instante me cegaron. Apenas bajé de la limusina, el murmullo de voces, flashes y cámaras se transformó en una sinfonía de destellos. El aire olía a perfume costoso, glamour y millones de expectativas.
Melisa salió detrás de mí, y nos tomamos de la mano. Los fotógrafos se abalanzaron sobre nosotras con una lluvia de gritos.
—¡Harper! ¡Melisa! ¡Aquí, a la derecha!
Sonreímos y posamos unos cuantos segundos antes de subir las escaleras, entrando a la antesala del salón principal.
La alfombra roja se extendía por to







