ACTUALIDAD—¡NO, NO, LUCÍA! —grité una y otra vez completamente horrorizada.Mi cuerpo temblaba sin poder controlarlo. Otra vez desperté llorando, bañada en sudor y agitada. Era el mismo sueño de cada noche.De repente, la puerta de mi habitación se abrió de golpe, revelando la figura de mi madre, con el rostro lleno de preocupación. Sus ojos me escanearon rápidamente, deteniéndose en las lágrimas que corrían por mis mejillas y en mis manos que apretaban las sábanas con fuerza.Rápidamente se acercó a la cama y me abrazó con fuerza.—¿Es el mismo sueño otra vez? —preguntó mi madre mientras me rodeaba con sus brazos, intentando calmar mis temblores.—Perdón, perdóname, Lucía. Yo... Yo no sabía que eso pasaría... —mi respiración entrecortaba mis palabras.Las imágenes de Lucía, tendida en el césped en un charco de su propia sangre, seguían invadiendo mi mente, tan vívidas y desgarradoras como aquella noche. Cerré los ojos con fuerza, intentando expulsar el recuerdo, pero solo lograba hu
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