Mundo ficciónIniciar sesión¡¿Por qué carajos hoy?! ¡¿Por qué ahora?! ¡¿Por qué después de lo que pasó con ella?!
La rabia me subió como fuego por la garganta. Sentía el pulso martillándome las sienes, las manos temblando listas para estallar en cualquier segundo.
No solo porque entró sin ningún tipo de respeto a mi hogar, sino por lo que dijo:
—¿Y con qué derecho viene usted a exigirme algo a mi casa? —tiré la puerta con fuerza, cerrándola detrás de mí. El golpe retumbó en todo el puto departamento.
Rebeca ni se inmutó. Sin embargo, s







