HARPER
Al terminar las clases, Melisa y yo nos dirigimos al estacionamiento. Después de lo sucedido, ella ha estado demasiado seria, molesta. En momentos así, sé que buscará drenar su ira por cualquier medio y si alguien llegara a irritarla, pagaría los platos rotos.—¡Oh!, ¡Hola, chicas!La voz animada de Danna resonó entre las dos. Solté un suspiro y cerré los ojos por una mínima fracción de segundos. No solo porque era la última persona con la que quería hablar, sino porque Melisa en este estado no tendría piedad con ella ni con sus amigas.Mel y yo giramos al mismo tiempo hacia ella. Afortunadamente, venía sola y, en vez de su uniforme, hoy llevaba un vestuario muchísimo más elaborado y con un solo color: negro. Danna es una chica que se viste muy bien, pero nunca la vi combinar su estilo chic con el gótico.Tenía una blusa de encaje transparente con mangas largas, que revelaba un bralette del mismo tono oscur