Los alfas Ferragamo, no demoraron nada en empezar a organizarse, debían poner en alerta a sus todos aquellos que corrían riesgo e incluir en el plan a sus aliados, afortunadamente estaban en buenos términos con la mayoría de criaturas extraordinarias que existían en el mundo a excepción de los bellos y molestos elfos y los aquelarres, podían contar con todos los demás
Es día recibía después de largo tiempo a su hermosa hija Bruna, ella llevaba en brazos al travieso Luciano, el niño era idéntico a Vladimir, sus genes de vampiro preponderaron en el niño, era muy hermoso, sus ojos dorados su pálida piel y esos colmillitos que le sobresalían de los rojizos labios, lo hacían ver adorable
— Luciano, saluda a tu abuelo — pidió Bruna a su cachorro, que de cachorro solo tenía un... quince por ciento, y todavía no sabía qué, pero ella confiaba que conforme creciera manifestara alguna característica de lobo
El niño corrió hacía el imponente Bruno, el abuelo lo cargó mientras que el campito sonr