"Pedirle empleo a Tomás" —esa idea rondabs en la cabeza de Leonor.
—Sabes qué Doña Tina, tienes toda la razón. Quizás cambiando de trabajo y alejándome por completo de la vida de Emily y Gabriel todo vuelva a la normalidad. —pronunció con alegría Leonor, era una salida fácil. Si el problema era ella, tal vez Emily dejando de verla se olvidaría de ella.
—Bueno, y que esperas para hablar con Tomás. ¡Anda, anda! ¡Llámalo!
Era muy tarde para hacerlo, posiblemente él ya estaba durmiendo.
—Mañana lo haré, no te preocupes, ahora ve a descansar. Es tarde ya.
Leonor cerró la conversación con Doña Tina cuando ella se marchó a su habitación.
—¡Espero que puedas ayudarme Tomás! —susurró Leonor acercándose a la ventana del salón, observando el flujo constante de autos y personas.
Cada movimiento en la calle le parecía un recordatorio de que el tiempo jugaba en su contra. Su mente, siempre activa, comenzó a organizar la lista de tareas: investigar apartamentos, enviar solicitude