Emily madrugó más de lo acostumbrado, debía llegar a su oficina antes que todos sus empleados. La información que había solicitado sobre Leonor ya estaba lista y esperando en su escritorio.
No había sido un capricho cuando amenazó con buscar cualquier información sobre Leonor qué pudiera usar para quitarla del camino.
—Empieza —ordenó apenas entrando al lugar—. Dímelo todo, sin adornos.
Diego tragó saliva lleno de nerviosismo. Reunió los folios y comenzó a leer como quien informa al juez:
—Dirección registrada: Apartamento 5B, edificio “Las Camelias”, calle Monteverde 42. Edificio de cinco pisos. Conserje diurno. Cámaras en el pasillo del lobby, vecinos mayormente profesionales. Contrato de alquiler a nombre de Cristina Suárez. No figura propiedad a su nombre.
Emily asintió apenas. La información era básica, útil.
—Continúa.
—Ocupación: diseñadora gráfica. Ingreso regular, contratos estables desde hace dos años. Nóminas y extractos bancarios muestran ingresos moderados; hay un ahor