La tormenta que había comenzado la noche anterior se había intensificado hasta convertirse en un huracán de emociones que parecía haber tomado residencia permanente en el corazón del palacio. Isabella había pasado la madrugada paseando por sus aposentos como un animal enjaulado, con la carta de Lord Darius ardiendo en su mente como un hierro candente. Cada palabra había sido cuidadosamente escogida para sembrar la duda, cada insinuación diseñada para fracturar la confianza que había construido con Sebastián.
*"La corona de Eldoria requiere sacrificios que una artesana no podría comprender. El príncipe ha estado... explorando alternativas más adecuadas para asegurar el futuro del reino."*
Las palabras resonaban en su cabeza con la persistencia de una campana funeral. Isabella sabía que Darius era un maestro de la manipulación, pero el veneno de s