Liam abre la boca para responder, todavía con la respiración acelerada y la adrenalina del encuentro con Kate circulándole por las venas, pero Carlota levanta una mano para detenerlo y lo interrumpe con un tono que no deja margen para discusión.
–Las promesas de Kate valen menos que una bala usada –dice, mirándolo con firmeza. – Ella no desaparece, no sabe lo que significa desaparecer, solo se esconde. Y cuando se esconde… es cuando más peligrosa se vuelve.
El comentario cae sobre la habitación como un balde de agua helada. Amara, que hasta ese momento intenta mantenerse en pie aunque le tiemblen las piernas, siente un escalofrío recorrerle toda la espalda. Instintivamente se acerca a Liam y le toma el brazo, buscando no solo estabilidad física sino también una respuesta que la tranquilice.
–¿Qué más te dijo? –pregunta con un hilo de voz, como si temiera que la respuesta confirmara lo peor de sus sospechas.
Liam tarda unos segundos en contestar. Mira al piso, luego a Carlota, fina