–Se acabó –continúa. – Kate quiere dañarlos a ustedes, no a mí, no a mi hija. Yo no voy a arrastrarla a un escondite en otro país porque ustedes no pueden controlar lo que construyeron. Mi obligación es protegerla, no seguirlos a ciegas como si nada de esto fuera consecuencia también de decisiones que ustedes tomaron.
Liam frunce el ceño, cansado, molesto, sin paciencia para otra discusión. –Ayslin, no hagas esto más difícil para todos –dice con un tono que intenta sonar razonable pero que se quiebra hacia la irritación.
Ella suelta una risa breve, amarga. –¿Más difícil para todos? –pregunta. – ¿O más difícil para ustedes que solamente están preocupados por su propio bienestar? Porque eso es lo que parece, Liam. Que el centro del universo son vos y Amara, y que todos tenemos que adaptarnos a ese drama interminable.
Liam aprieta la mandíbula. –Eso no es justo –responde. – Estoy pensando en nuestra hija también. ¿Piensas que la dejaría acá expuesta?
Ayslin se adelanta un poco más y