Denayt.
Fui tan tonta al creer que el haberme permitido hablar con mis hermanas había sido un acto de bondad. Ese bloque de hielo solo sabía producir frío. Cada palabra que salía de su boca para mí era tan indescifrable, yo no lograba entender nada hasta que mencionó “matrimonio” mi primera reacción fue huir.
No miré hacia atrás. Solo corrí. Salí por la puerta trasera como si huir pudiera salvarme de todo eso. Como si la desesperación no fuera a alcanzarme.
El jardín se extendía enorme frente a mí. Yo solo era un pequeño bicho en un mundo desconocido. Me detuve cerca de un arbusto, el pecho me subía y bajaba tan rápido, pensé que mi corazón explotaría. Los pensamientos corrían por mi cabeza, incluso me dolía.
¿Cómo alguien como él podía querer casarse con alguien como yo?
Yo no podía casarme con otro hombre que no fuera mi Gael.
¿Qué tenía que ver un contrato? No sabía que existían tales cosas. Lo único que yo conocía era el matrimonio de dos personas que decidían dar ese paso