Capítulo 914
La cargó hasta el baño. Mientras ella se sumergía en la tina caliente, lo empujó juguetona:

—Tú no necesitas remojarte. Ve a cambiar las sábanas; quiero dormir limpio.

Él parpadeó:

—¿Me ordenas?

—Claro. ¿Qué miras? —alzó la ceja.

—Quién es el “patrocinador” y quién la “amante”, eh…

—Obvio tú eres el que paga —guiñó, coqueta—. Y el “patrocinador” consiente a su chica, ¿o no? Apúrate; luego tendrás que cargarme, las piernas no me dan.

Alejandro, sin querer, sintió que las palabras de ella sabían a miel.

—Espérame —aceptó.

Apenas salió, la sonrisa de Luciana se apagó; el cansancio y una vaga inquietud ocuparon su lugar.

***

Por la mañana, ya en el desayuno, Luciana leyó un mensaje de Luisa:

¡Gracias! El señor Guzmán y yo hicimos las paces. Retomará el proyecto.

Luciana soltó una risita muda.

—¿De qué te ríes? —preguntó Alejandro mientras se sentaba a su lado y se asomaba a la pantalla—. ¿Un meme?

—Sí, muy gracioso —contestó con ojos chispeantes. Qué hipócrita eres, pensó: anoche fuiste pó
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP