Capítulo 761
Así la descubrieron. ¡Había sido tan imprudente!

—¿Qué… qué quieren? —preguntó, asumiendo que su mentira ya no surtiría efecto.

—¿Acaso no lo sabes? —repuso el hombre gordo, harto de dar rodeos—. Quedamos en que, una vez hecho el trabajo, te veríamos en C. Piedras Negras para cobrar el resto. Nos dejaste esperando…

Claro, se trataba de dinero, como ella suponía. Sin embargo, Mónica no tenía la menor intención de pagarles.

—¿Tienen el descaro de pedirme más dinero? —escupió con rabia—. ¡Miren lo que hicieron! ¡Mírenme! Estoy desfigurada por su culpa.

—¡Ya me está colmando! —bramó el gordo, alzando el puño.

—Calma —lo detuvo el flaco de inmediato—. Señorita Soler, nosotros hicimos lo que pediste. Dijiste que teníamos que secuestrarlas a las dos. Hasta pusiste un sedante en la bebida para facilitar las cosas. Fuiste tú quien exigió que te amarráramos “de verdad”…

—Exacto —insistió el otro, en tono gruñón—. Eso de que luego se desatara un incendio no fue cosa nuestra. Si tuviste mala suert
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