Capítulo 720
Dándose la vuelta, subió al auto. Luciana observó cómo se marchaba, y no pudo evitar una sonrisa irónica. Se notaba que a él no le gustaba nada la situación. “¿Teme que le sea infiel?”, pensó ella. “No importa. Que sienta un poco de lo mismo que yo experimento cada día.”

***

Ya era bastante tarde cuando Alejandro terminó su trabajo y regresó al apartamento de Luciana. En lugar de irse a su propia vivienda, se arriesgó a despertarla y se adentró en su habitación. Hizo lo posible por no hacer ruido, pero al acostarse, Luciana se despertó:

—¿Por qué viniste?

—Te extrañaba —murmuró él, abrazándola—. Me cuesta dormir si no estoy contigo.

Luego le acarició el cabello y añadió:

—Tranquila, duerme.

Luciana, adormilada, no preguntó más, y al inhalar su aroma, Alejandro por fin sintió algo de paz.

A la mañana siguiente, cada cual siguió con su rutina. Durante el desayuno, ella soltó de repente:

—Hoy iré al hospital un rato.

Él se tensó. No hacía falta preguntar a quién iría a ver: seguro que no
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