Capítulo 440
—No te preocupes, puedo ir por mi cuenta.

—Hazme caso —insistió Alejandro—. Permíteme ocuparme de esto, todo está descontrolado y no quiero añadir más preocupaciones. ¿Sí?

—De acuerdo, haré lo que dices —replicó Mónica con una obediencia sumisa.

Una vez que se marchó, Alejandro se quedó pensativo. «Las palabras de Mónica siguen en mi cabeza… Clara se encontró a Pedro solo, ¿por qué andaba solo?» Quizá había más historia detrás de todo esto.

***

En la habitación del hospital, reinaba un silencio pesado. Pedro no despertaba, pues tenía sedantes para el dolor. Luciana, exhausta y abatida, se había quedado dormida apoyada en la orilla de la cama.

Alejandro entró, la observó unos segundos y se acercó con cuidado. Con un suave movimiento, la levantó y la llevó a un pequeño sofá-cama:

—Mmm… —Luciana frunció el ceño, medio murmurando dormida, pero al instante se calmó. Aun así, su semblante mostraba intranquilidad.

Alejandro, con un gesto cariñoso, apartó un mechón desordenado de su frente.

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