—Queda perfecto —Fernando sonrió—. Con el pelo corto o largo te ves hermosa, pero el largo te favorece más. —Luci, ¿casarte conmigo te hace feliz?
Luciana alzó la cabeza de golpe. “¿Y esa pregunta a qué viene?”
—Feliz, claro —dijo—. ¿Por qué? ¿Acaso parezco lo contrario?
—No es eso… —Fernando negó—. He escuchado que muchas mujeres, antes de casarse, sienten ansiedad, incluso miedo…
—Pasa —admitió. Tomó un sorbo de café—. Pero yo no. —Le sostuvo la mirada, seria—. Nos conocemos desde hace años; sé quién eres. Ni siquiera necesitamos “periodo de adaptación”. Vamos a llevarnos bien. Por eso no estoy ansiosa.
Frente a frente, Fernando supo que hablaba en serio. Casarse con él no le pesaba en absoluto. Se le ablandó el pecho; le tomó la mano con cuidado.
—Gracias, Luci. Gracias por esto.
—¿Gracias por qué? —Luciana frunció la boca, medio divertida—. Estás raro.
—Tal vez tengo ansiedad pre boda —alzó una ceja.
—¿Ah, sí? —ella rió—. ¿Te meto mucha presión?
—No. —Siguió sosteniéndole la mano y