Capítulo 1397
Luciana no dudó: no se había equivocado.

Sin pensar en nada más, se lanzó a correr. Si lo perdía ahora, ¿quién sabía si no sería para toda la vida?

—¿Qué pasa? —Enzo notó que algo andaba mal: Luci corría hacia el río Don—. ¡Rápido, detengan a la señorita Luciana!

Si caía al río, con ese frío y esa oscuridad, sacarla sería un infierno.

—¡Sí, señor!

—¡Señorita!

Todos subestimaron lo que un cuerpo puede hacer en un momento límite… y lo que puede la pura decisión de avanzar.

En la cabeza de Luciana no quedaba nada: solo correr. Tomó impulso y se zambulló en el río Don.

El vértigo le vació la mente; cuando quiso pensar, ya estaba bajo el agua.

—¡Luci!

—¡Señorita!

—¿Qué esperan? ¡Al agua!

En realidad, los guardaespaldas ya se habían tirado. En segundos, el río se llenó de chapuzones: uno tras otro, de todas las estaturas, de todos los tonos de piel y cabello.

—¡Inútiles! —Enzo llegó un paso después, la cara dura como piedra. Sin contenerse, le cruzó una bofetada a la guardaespaldas—. ¿Ni a u
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