Al llegar al servicio y después de pasar visita, Luciana fue directo con el doctor Delio para solicitar sus vacaciones anuales.
—No hay problema.
—¿Entonces descansas ahora y, en Año Nuevo, nada? —preguntó él con una ceja alzada.
Por lo general, todos guardaban esos días para fin de año: tras doce meses de trabajo, querían descansar y estar con la familia. Los médicos también son personas y necesitan celebrar. En las fiestas, el hospital funciona con un equipo mínimo de guardia.
—Exacto. Tomo el permiso ahora y en las fiestas me quedo de guardia —sonrió Luciana—. Para esas fechas solo hay que vigilar salas; en realidad salgo ganando.
—Tú y tus cálculos… Está bien. —Delio rio—. Ve a comentarlo con el jefe de servicio: dile qué día planeas irte para que organice los turnos.
—Gracias, doctor Gamboa.
Salió a buscar al jefe, presentó la solicitud y esperó a que él acomodara el calendario.
Luego corrió a Urgencias: esa jornada le tocaba guardia allí.
El día estaba tranquilo; en toda la jorna