Dylan sufre de esquizofrenia. Él lo sabe, sus amigos lo saben y su médico lo sabe. Sueña con verla de nuevo, pero todos afirman que Angy no existe. Hay algo en su cabeza que le hace sentir nauseas y sueños constantes sobre una chica de cabello negro que jura amarlo. ¿Será esa chica real? Oh... ¿Parte de la esquizofrenia que ha sufrido desde los cinco años?. Su imagen está latente en los pensamientos del chico, el recuerdo de sus labios y el sentimiento de amor en su corazón. ¿Qué será de Dylan sí se entera de que ella, no es real? o ¿quizás si lo sea?. Todos los Derechos Reservados© Código de registro: 1701080320116
Leer más"Te pensé y encontré un destino"
Malo no es estar atascado, malo es estarlo y no saber ni buscar la manera de cómo salir de allí.
Dylan.
Mi rostro está más pálido de lo usual, tengo unas ojeras enormes que abarcan gran parte de mi cara. El sonido de los pájaros jugar hace que mi vista los busqué e inmediatamente mis pensamientos vuelan tan lejos como ellos, el sonido de su voz es fresco y sutil , su sonrisa amplia llena de alegría y su cuerpo es perfecto; como esculpido por los mismísimos ángeles del cielo.
— ¿Estas volviendo a vagar en tus pensamientos? — la voz cantarina de Tessa la enfermera que me ha estado cuidando desde hace no mucho, algo que no logro recordar con exactitud llega a mis oídos.
Es una chica de tez blanca, corta estatura, tienes ojos de color almendra y un cuerpo delgado sumamente delicado.
—No hice nada esta vez, ¿por qué has venido? —danza con sus pies alrededor de la silla donde me encuentro sentado observando por la venta y deposita un beso en mi mejilla.
—Dylan, tu madre me envió a buscarte para que disfrutes un poco junto a tus amigos en el jardín. —Contornea sus caderas mientras camina tras de mí y posa sus manos sobre la silla de ruedas.
—Hace mucho que no juegan, desde que empezaste con tus delirios sobre esa chica... —murmura un poco bajo, creo que trata de no hacerme sentir peor de lo que ya me siento.
Hace unas noches atrás desperté a todos gritando un nombre sin sentido, según mi médico encargado eso fue causado por un ataque de ansiedad tras no ver a mi padre por semanas.
—Es porque no he querido ir, sabes que no me encuentro en condición para tan siquiera hablar con ellos.
El chirrido de las ruedas bajando por el corredor me aturde un poco pero al llegar al jardín, es el resplandor del sol lo que me devuelve la incomodidad. Galatea está sentada en la grama comiendo flores y Poe, quien está amarrado en su silla solo la observa fijo he ido, si no me equivoco debe de estar fantaseando otra de sus historias de acción donde dice casi siempre al final que ambos son novios.
— ¿Adivinen quien llego? —canta Tessa, mientras hace morisqueta con sus manos y rostro. — ¡Dylan!, su amiguito favorito.
Nos deja solos, mientras miramos nuestros rostros como los desconocidos que nos hemos vuelto. No recuerdo en mi vida haber entablado una conversación con esas dos personas, tampoco el día en que nos volvimos amigos, solo tengo un vago recuerdo de cuando jugábamos a la guerra en las recamaras pero eso paso hace mucho tiempo.
Nuestra tarde consistió en ver nuestros rostros y llamar a las enfermeras por medio de gritos sin sentidos cada cierto tiempo cuando los ataques de ansiedad de Poe se hacían presentes, logrando que tuviera convulsiones y actuara como sí tuviera el mal de rabia que comúnmente les da a los animales.
— ¿Te divertiste un poco? —Tessa se vuelve insistente con sus preguntas, desde que vamos por el pasillo a los baños públicos no ha dejado ni un momento de preguntar lo mismo.
Asiento leve para que deje de una vez por todas su vano intento de aliarme a esos dos chicos y me concentro en aquel sonido tan familiar que me eriza la piel.
—Miguel, ya es la tercera descarga. Si continuas con esas extrañas pesadillas tendremos que darte drogas más fuertes y sabes muy bien que eso te causara más daño del que ya tienes.
La voz de mi progenitora sale de la habitación del frente, la cual es abierta por un enfermero que sale luchando con la mesa que transporta las soluciones anestésicas.
Miguel Knight, el chico de cabello negro que está sentado con una mirada vacía viendo al techo en la silla eléctrica, es el actual acompañante de mi madre.
—Trisha McFire, no existe. Angy O'Connor tampoco, debes olvidar eso y seguir adelante o no podremos autorizar a tu abuela para que pueda venir a verte.
Su figura es imponente, sus brazos están en forma de jarras sobre la cadera y algunas pequeñas arrugas son visibles, el cabello negro en ondas le cae por la espalda en cascadas y sus labios están de un rojo carmesí.
—Sáquenlo de aquí y llévenlo a su habitación, parece que no resistirá más por el día de hoy. —Ordena y los dos hombres corpulentos sacan al chico con suma facilidad debido a que no opone ninguna clase de resistencia. Mira por sobre su hombro y me ve, da una extraña seña con la mirada y Tessa quien da media vuelta a mi silla.
—Debe de estar muy estresada, por eso no te saludó.
Sé que miente, que mi madre no tiene ningún afecto hasta mí y que desde pequeño he tenido que luchar para ganarme su aceptación.
Deja la silla a un lado y como puede me ayuda a subir a mi cama, su mirada está dirigida al suelo y sus labios en una perfecta línea.
— ¿Sucede algo, Tessa?— me mira llena de cautela, se acerca a la puerta de entrada y observa a los lados.
—Escucha bien lo que te voy a decir —sisea con los dientes apretados y muy cerca de mí. —Nos están observando, hay cámaras en todos lados pero me han pagado para infiltrarme aquí. —Me quedo en un breve shock cuando me habla y ella simula que arregla el florero.
—Angy, Trisha y tu hermano Mika están buscando una forma de sacarte de este lugar, pero si tu madre se entera es muy capaz de asesinarte hoy mismo mientras duermes.
—Tessa, ¿me traerías tarta de fresa? —frunce el ceño y cuando cae en la cuenta de que Roth el enfermero que mama contrato hace unas semanas para vigilar que todos los que estén en periodo de prueba hagan su trabajo como debe ser, me regala una sonrisa.
—Sabes que no puedo traer nada fuera de la hora de almuerzo y eso fue hace... —Levanta su mano y noto como mira el reflejo del hombre tras de ella con el mismo.
—Dos horas y treinta y siete minutos, niño. Hoy no será, quizás mañana ¿te parece? —Asiento como un niño pequeño y ella sale dándome una especie de señal con la mano en modo de "silencio"
"El limbo de los oscuros." Angy. Camino sin rumbo por aquel sendero apenas visible por una tenue luz, no sé a dónde voy ni de dónde vengo, solo sé que aquí estoy y eso es lo importante ¿no? —Angy... Angy... —Una voz conocida a lo lejos llama mi atención pero no apresuro mi paso, quiero ir con calma y disfrutar esta soledad en la que me encuentro vagando. Este de todas formas es la manera en la que pagare todos mis pecados creo. —Como sigas así llegaras al mundo oscuro. Freno en mitad de la nada y trago grueso, una chica de cabello negro está sentada a mi lado derecho. No puedo ver su rostro pero un escalofrió se cuela en mi sistema y su
"Adiós amor, fuiste lo mejor"Dylan.— ¡Mierda!—No paro de percibir el temor que emana Angy por cada poro de su ser y aun así me parece algo tan atrayente, es como si todo de ella me-nos-volviera completamente locos. — ¡Corre!Me quedo observando la escena porque en realidad no sé qué es lo que está pasando, y Marcus esta igual o peor confundido que yo con respecto a lo que sucede aquí. Trisha ha tomado a mi novia y la ha empujado fuerte lejos de ella, gritándole que huya pero¿por qué?, ¿tiene algo que ver aquel chico de la ventana?— ¿Que sucede
"Recuerdos, que son mejores olvidarlos"Trisha.La mirada de Angy no me parece usual, está llena de terror y pánico. Hasta me parece que en cualquier momento puede salir corriendo, pero¿cómo podría ser eso posible?Hace unas siete horas aproximadamente era una chica vuelta un manojo de nervios por ver directo a la cara a su amor, y me pareció sorprendente que tomara la iniciativa de servir como cebo para llamar la atención de las personas armadas que apuntaban por las ventanas.—Sorprendente, ¿cierto?— Mika me coloca su brazo sobre los hombros y besa mi mejilla. —No me di cuenta cuando ya de pronto esa ch
"Todo lo que está bajo el cielo tiene un tiempo de caducidad"Angy.Aquí estoy. Esta soy yo, o al menos eso es lo que creo.Camino vacilante sobre el lodo cubierto de sangre...¿Qué paso?El zumbido en mis oídos desaparece y caigo en la cuenta de lo que sucede, hay una guerra y estoy en medio.— ¡Nina!, maldición ¡Nina despierta!Hay muertos por doquier pero no me detengo a indagar en sus rostros por miedo a conocer a alguno de ellos, giro sobre mis talones y busco aquella voz masculina que pide a gritos algo.
"Personas especiales dentro de nuestro Universo"Angy.Eran como las seis treinta de la mañana cuando llego a nuestro campo de entrenamiento un chico de cabello negro y tez morena vestido de enfermero, venia cubierto de sangre y tierra. Estaba descalzo y no lucia cansado o adolorido a pesar de que tenía heridas en su cuerpo como si antes se cortara con algo muy filoso, todos incluyéndome nos quedamos observando cualquier reacción de su parte, Deylan el padre de los chicos fue quien apuntando directo a la cabeza se acercó a preguntar qué era lo que deseaba.—Tengo un mensaje. —Comento con voz pesado y goteando sangre desde la boca. El hombre asintió y se alejó un poco en caso d
"El evento principal se cubre de sangre"Tessa - NinaUna brisa helada azota las ventanas de la habitación y una corriente sube por mi espina dorsal, me levanto de la cama y todo a mi alrededor esta oscuro, trago grueso y sudo de manera desenfrenada.Algo va mal aquí.Bajo mis pies descalzos al suelo y me incorporo, trato de encender la lamparita de noche que siempre está a un lado de mi cama pero no ilumina nada, busco el cable para saber si se ha desconectado pero no, sigue conectado y la bombilla sigue en perfecto estado.—Mierda... —susurro, con eso e confirmado la teoría por completo. Alg
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