Mikhail estaba todo tirado sobre mí, otra vez. yo no lo golpee o lo empuje por miedo a lastimar su herida.
— Mikhail, ya es tarde, y tú tienes que trabajar, y yo clases con ese pobre hombre — le dije.
Mikhail levantó la cabeza y me sonrió.
— ¿De dónde sacaste a ese pobre hombre? a mí me da miedo que le dé un infarto o algo — le dije.
Él empezó a reír, y se levantó de la cama. Yo me asusté cuando vi sangre sobre mi pijama, y después miré a Mikha, tenía sangre seca en su hombro y brazo.
—Te dije que tenías que suturar esa cosa, te has lastimado y todo por culpa de tu terquedad— lo regañé.
Yo me levanté y quité el vendaje con cuidado; la puñalada se veía tan fea.
—Al menos puedes decir que esta puñalada fue bastante costosa — me dijo.
Él me miró mal, y yo le sonreí.
—Dañaste mi daga de colección — me dijo.
Yo negué con la cabeza.
— No, de hecho, tú fuiste el que la dañó — le dije con una sonrisa.
Él me abrazó y me dio varios besos rápidos en los labios.
— Por favor, quiero que te disfrac