Mundo ficciónIniciar sesiónEn Zúrich, el amanecer pintaba el lago con tonos rosas y dorados que Cassandra normalmente habría encontrado hermosos. Ahora solo le recordaban que había pasado otra noche sin dormir, la mano presionada contra su vientre todavía plano donde vida microscópica crecía sin que nadie excepto ella lo supiera.
Cinco semanas. Suficiente para test positivo pero no suficiente para que nadie notara. Suficiente para cambiar todo pero no suficiente para saber cómo.
Su teléfono mostraba dieciocho llamadas perdidas de números españoles desconocidos. Tres mensajes de voz de Javier que no había escuchado. Dos emails de Sebastián con líneas de asunto que decían simplemente "Emergencia familiar."
Pero no lo había contactado. Porque ¿cómo empezaba esa conversación? Hola, sé que estamos al borde del divorcio emocional después de que admití casi acostarme con tu rival, pero sorpresa, estoy embarazada.
Un golpe suave en la puerta de su suite.
—Cassandra, soy Ric







