78:EL diablo emerge del infierno.
[Valentino]
Me sentía agotado. No solo físicamente, sino en lo más profundo. Había un nudo extraño en el pecho que no me dejaba estar en paz. Tal vez era por todo lo que se acumulaba a mi alrededor: la boda, los negocios, ella… o más bien, la ausencia de ella.
Quería desaparecer un par de días, irme a algún lugar solitario donde nadie pronunciara mi nombre, donde pudiera respirar sin que el mundo pesara sobre mis hombros. Pero eso era un lujo que no podía darme. Tenía demasiados frentes abiertos. Y aunque quisiera sostenerlo todo, empezaba a darme cuenta de que mi espalda no era tan ancha ni tan fuerte como siempre creí.
Me recosté en el espaldar de la silla de mi oficina y cerré los ojos. Llevaba toda la noche aquí, sin dormir, devorado por el estrés que me follaba sin compasión.
El chirrido suave de la puerta me sacó de mis pensamientos. Levanté la vista. Santos estaba allí, apoyado en el marco, observándome con esa mirada de halcón que siempre tenía cuando traía algo importante. Hi