Sophia había soportado innumerables pruebas desde su llegada a Reeder Corp. Cada desafío, ya sea profesional o personal, había contribuido a forjar la determinación que la caracterizaba. Sin embargo, nada la había preparado para la prueba que estaba a punto de enfrentar, una situación que la obligaría a confrontar un dilema que superaría todo lo que jamás había imaginado.
Un día en que, convencida de que finalmente podría demostrar de manera indiscutible sus habilidades y competencias a través de su trabajo, recibió un mensaje inesperado. Clara, siempre implacable en sus intrigas y maniobras detrás de escena, le envió una convocatoria fuera de lo común. El mensaje establecía que Sophia debía desplazarse a un despacho apartado, en un barrio discreto y poco transitado de la ciudad, para reunirse con un tal señor Girard. Según se explicaba, la firma de un contrato con este individuo era indispensable para formalizar una alianza crítica para Reeder Corp; además, era la condición sine qua