Mientras desayunaban, Serhan se mantuvo callado, pero sus ojos se paseaban entre su madre y la mujer que ahora portaba su apellido.
Nermen parecía estar muy complacida, y Aysun estaba relajada.
Nermen les contó anécdotas de su vida de estudiante, y también le contó historias de Serhan cuando era un niño. De repente el celular sonó.
—Hijo, no vayas a consternar ese artefacto, estamos en el primer desayuno de tu matrimonio.
—Quizás es algo importante.
—Que esperan unos minutos, ya falta poco.
Está bien madre, lo hago por ti.
—No lo hagas por mí, hazlo por tu linda esposa. —Serhan miró a Aysun, sus ojos se encontraron, rápidamente ella cachó sus ojos y miró el plato.
Después se despidieron de Nermen y salieron de la habitación. Los dos estaban callados. Recorrieron el largo pasillo, de pronto Serhan rompió el silencio.
—Le caíste bien a mi madre.
—Me alegra haberle caído bien. —respondió Aysun con una voz dócil.
—Pero eso no te hace más importante, no olvides que no eres nadie en mi