Llegó la hora del almuerzo, Serhan llegó justo a tiempo y se sentó en la mesa. Todos tenían sus rostros serios.
—¿Por qué mi esposa no está en la mesa?.
Feride respondió:
—No es necesario que esa mujer coma con nosotros, es una altanera que solo causa problemas. —Serhan endureció el ceño.
—De qué problemas hablas.
—La abuela exagera. —dijo Nazli Aysun no ha hecho nada. —Feride con la voz ronca agregó agregó:
—No exagero, esa mujer te puso en mi contra.
—¿Qué sucedió con mi esposa? Exijo que me lo expliquen. Y tú —le habló a la mucama —. Dile a la señora Auyim que baje al comedor de inmediato.
—Sí señor.
La mujer se retiró. Feride y Nazli estaban discutiendo en la mesa, el tío Metmet las mandó a callar, regañó a Nazli por no respetar a la abuela.
Aysun estaba recostada en su cama, de repente un golpe suave en la puerta interrumpió sus pensamientos. Era la mucama, Hatice, que asomó la cabeza con gesto respetuoso.
—Señora… el almuerzo está servido. Su esposo la espera en el comedor.
Ays