Mundo ficciónIniciar sesiónFrancine sentía el corazón latiendo con tanta fuerza que parecía querer romperle las costillas.
La revelación resonaba en su mente, mezclándolo todo: Dorian era el ojeador.
El hombre al que había querido impresionar… el hombre que la había deseado de vuelta.
El pánico y el alivio se mezclaban en una confusión que le robaba el aire.
Una parte de ella quería retroceder, encontrar un rincón seguro para procesarlo todo. Pero otra, más fuerte, más terca, quería perderse allí mismo, entre sus brazos.
Y antes de poder medir las consecuencias, se dio cuenta de que ya estaba inclinando el rostro hacia arriba, dispuesta a encontrarse con







