~Alana~
Los párpados me pesan, cansados, queriendo cerrarse, así como mi cuerpo quiere rendirse.
Me he mantenido despierta todas las noches, lo más que puedo, para evitar que Damien se acerque a tocarme.
Pero no soy de hierro; el sueño comienza a vencerme, los ojos ya no soportan otro segundo abiertos.
«Descansa, Alana, necesitas fuerzas o él va a terminar doblegándote. No está cerca, aprovecha».
«Tengo miedo Kyra, no recuerdo nada de las veces que me dejó inconsciente a la fuerza, no sé cuánto hizo conmigo. No quiero dormir y despertar sintiéndolo encima mío».
Apoyo mi cabeza sobre el borde de la tina, cerrando los ojos sin saber si él vendría, pero ya no lo soporté.
No sé cuánto dormí; solo sé que un golpe seco en la entrada de la puerta me hizo abrir los ojos sobresaltada.
—Alana, abre la puerta.
La perilla gira con violencia; la voz de Luna Margaret se filtra a través de la madera sin saber qué quiere.
Es la primera vez que viene a verme personalmente, lo que significa q