Mojada e indecente.
Gia.
Justo cuando creo que vamos a salir de la mansión de Lev, él me adentra mucho más. Sé que hay partes de este lugar que no conozco, pero no esperaba que Arthur Orlov los conociera, eso aumenta mi curiosidad. Luego lo veo tocar una pared dentro del estudio de Lev y esta se desplaza verticalmente para mostrarnos un pasillo oscuro, por lo que jadeo.
Aprieto solo tres dedos de Arthur ya que su mano es grande, y este me da una mirada tranquila, tirando un poco de mí. Ahora más que nunca necesito saber qué rayos pasaba con ellos dos.
Una luz se enciende apenas la pared regresa a su lugar, y bajamos algunos escalones para entonces llegar a un lugar inesperado.
Mi corazón se acelera y mi mano abandona la suya para taparme la boca.
¿Lev era como él…? Sacudo la cabeza, aturdida.
—¿Q-Qué…? Lev no era…
Busco la mirada de Arthur para que me diga que es una broma, pero en su lugar jala de una cortina negra y se muestra un estante incrustado en la pared donde hay miles de juguetes sexuales. Y me