Extasiada.
Maratón 3/3
Gia.
Hago un intento sobrehumano para controlar mi respiración. Mi corazón late tan fuerte. Todavía estoy atrapada en mi reciente orgasmo, cuando él declara que ahora hará lo que quiera.
¿Acaso no lo ha hecho ya?
Mi corazón da un vuelco de emoción cuando se inclina para besarme. Demonios. Amo tanto la forma en que me besa, cómo se apropia de mis labios.
Mis manos se aferran a sus hombros, bajando por sus brazos, tan firmes, sintiendo el sudor contra mi palma. Cada cosa que ha hecho hasta ahora me mantiene enloquecida. Y no reconozco mi cuerpo. No sé cómo ha podido resistir su pene. Y lo peor o mejor de esto es que mi coño sigue caliente, goteando y palpitando, deseando obtener más.
Quiero seguir escuchándolo hablar en su idioma, que siga cumpliendo promesas que vi lejos de cumplir. Quiero que siga diciéndome “mi cielo”, y me haga tocarlo.
La satisfacción me recorre cuando se acomoda para chupar mis pezones, amasando mi otro pecho con su mano grande. Y de repente, su otra m