POV Dominic
Los días pasaron y Valentina cumplió su palabra: me evitaba todo lo que podía. Si nos topábamos, simplemente me esquivaba. Era cortés, sí, pero completamente ausente. Y eso… eso me estaba matando. Su indiferencia me volvía loco.
Intenté hablar con ella una vez más. Quise explicarle todo, pedirle perdón. Le mandé rosas al restaurante, y una noche, con voz firme, me dijo que por favor la dejara en paz. Que necesitaba estar bien por el embarazo, que la doctora le recomendó evitar el estrés y que, por su bebé, le respetara su decisión.
No insistí. No supliqué. Tenía razón. No quería hacerle daño ni a ella ni al bebé.
Aunque por dentro me estuviera muriendo. Aunque cada vez que la veía quisiera correr a abrazarla, besarla, suplicarle perdón, decirle cuánto lo sentía, cuánto me arrepentía…
Decidí dejarla ir.
Me dolieron sus palabras. Me dolió verla llorar, y más sabiendo que era mi culpa.
¿Qué hiciste, Dominic?
Los celos me cegaron. Nunca me había comportado así. Debí escucharla