Las Noticias Vuelan
Alexander Blackwood tomó un sorbo de su café negro, disfrutando la calma de la mañana desde el balcón de su habitación. El suave aire londinense cargado de humedad traía el eco distante del bullicio urbano, pero allí, en su rincón privado, todo parecía suspendido en un tiempo exclusivo para él.
La porcelana fina del plato tintineó cuando dejó la taza, pero el repiqueteo no logró opacar la vibración insistente de su teléfono sobre la mesa.
Alzó una ceja al ver el nombre que destellaba en la pantalla: Lorenzo Caruso.
- Esto no puede ser bueno. Es temprano. - murmuró antes de deslizar el dedo para contestar.
- ¡¿Qué diablos hiciste, Alex?! - rugió la voz grave del italiano al otro lado de la línea, cortando de tajo el sosiego de la mañana - ¡Todo internet está vuelto loco con esas fotos!
Alexander apoyó el codo en el respaldo de la silla, su expresión serena apenas alterada por el alboroto de su contacto más valioso en el desmantelamiento de redes ilegales y manejo de