Mundo de ficçãoIniciar sessãoLos meses siguientes transcurrieron entre risas, noches caóticas por antojos imposibles y los altibajos emocionales de Elena.
A pesar del caos que ella misma causaba, la vida en Luna Blanca se había vuelto tranquila, cálida, casi perfecta.
La manada prosperaba. Los entrenamientos fluían. Los jóvenes crecían sin miedo y los ancianos volvían a pasear por los jardines sin preocuparse por amenazas latentes.
Era como si, por fin, el destino hubiese decidido darles un respiro.
Y entonces llegó la carta.
Una misiva con el sello del Consejo de Lobos, escoltada por dos mensajeros oficiales que se presentaron en la entrada de la casa alfa al amanecer.
Darian la tomó con seriedad mientras Elena, con cinco meses de embarazo, descansaba en el sofá rodeada de cojines que Ilai y Rurik habían declar







