Capítulo 11 – La luna no pide permiso.
La conversación después del desayuno quedó suspendida en un aire tenso, denso, cargado de todo lo que había pasado la noche anterior y también de lo que ambos evitaban nombrar. Oriana respiró hondo, se levantó y lo miró con los brazos cruzados, preparando el primer movimiento de una discusión inevitable.
—No necesito ropa nueva —dijo con firmeza, antes de que Ilai siquiera abriera la boca—. Necesito mi ropa. La que está en mi departamento. En mi vida. No pienso disfrazarme con túnicas para encajar aquí.
Ilai la observó con esa calma peligrosa que solo usaba cuando algo le molestaba demasiado.
—Puedes usar lo que te resulte cómodo. La costurera—
—No —lo interrumpió ella—. Mis cosas. Mi ropa. Y además necesito volver al hospital. Cancelar mis cirugías, mis citas, mis rondas. No puedo desaparecer sin explicación y esperar que todo siga funcionando como si nada. Hay pacientes que dependen de mí, Ilai. Yo no puedo… —respiró profundamente— no puedo quedarme aquí cruzada de brazos jugando a l