Eva
—Estoy bien, de veras. Me siento mejor que nunca. Solo necesito tiempo con mi mate — decía Cachorrito sujetando mi mano como si no pudiera dejar de estar en contacto conmigo.
—Solo quiero cerciorarme; no quiero sorpresas —respondía Cerebrito examinándolo. El Duque estaba detrás anotando detalles con una bata blanca; como todo un profesional. Ágata también tenía sus manos a centímetros del corazón de mi beta. Fabrizio observaba con interés.
Julieta nos había hecho un espacio en su muy apretada agenda. Se acercaba el día de la ceremonia, del que se encargaba Leticia en su mayoría junto con Damián, ya que la doctora estaba dedicada en un noventa por ciento a investigar cómo ayudar a Nora.
Norita… me partía el corazón. Habían reformado una habitación del hospital solo para ella. La joven guerrera se la pasaba encerrada; aún no tenía fuerzas para entrenar; era como si su fuerza se apagara poco a poco.
—¿Y bien? Dejen de tratar a mi mate como un mono de experimentos —gruñí.
—Me encanta