Damián
—¡Demonios, Damián, ya es tarde! ¿Qué demonios haces? —me regañaba Nora mientras yo volvía a mi habitación—. ¡Te estaban esperando desde hace rato! ¡Se suponía que ibas a recibir a los del Consejo, a nuestro padre y a Ricardo!.
Ronan había enloquecido. Sabía que esto iba a suceder desde el momento en que se rompió el hechizo. Me ayudaba a mantenerlo atado, contenido.
—Una última vez... solo una última vez —me rogó Ronan. —Ahora será todo el maldito reto y yo necesito verla, necesito a mate—rezongaba mi lobo.
Actuaba como si fuera el fin del mundo. Y tal vez lo era. Si era cierto que de ahora en adelante venía la parte más crucial de mi vida. Pero Julieta no se iría a ningún lado. No, señor. Es más, ahora estaba en más peligro que nunca. Si alguien sabía que ella era mi mate, podrían usarla en mi contra. Ya con ser la investigadora principal de los túneles la colocaba en suficiente peligro.
—Si vamos a enfrentarnos a ella, la necesitamos. Necesitamos su fuerza. ¿En qué idioma t