— Basta Devlyn no te dejes provocar por el — dijo Alfred mientras forcejeaba con el rubio.
— No deberías ser tan cruel con Devlyn — dijo un joven lobo saliendo de otra ducha para ver la razón del alboroto.
— Ese perro de campo de allí es amigo tuyo, no mío, no tengo necesidad de hablarle con suavidad o aprecio cuando claramente no conoce su lugar, un simple omega no puede desafiar a un alfa y salir airoso — fulminó Rohan para después marcharse a los vestuarios.
— Ahh, es tan maldito arrogante y presumido, algún día le pateare su ricachón trasero— gruñó Devlyn.
— Emm creo que ya lo intentaste una vez y no saliste bien varado mi amigo— se rió Alfred.
— Cállate. — volvió a gruñir el rubio.
— ¿Por cierto, alguien más noto lo bella que se veía la intención de nuestro líder? Daría lo que fuera por salir con ella, es tan sexy y ardiente, además de ser dulce y educada — dijo Devlyn mientras se secaba el cuerpo.
— No eres el único, genio, todos los lobos que pudieron olfatearla se mueren por a