Edmond observaba con frialdad a Alfred.
— ¿Es así joven Alfred? Puedo pensar de igual modo que en este asunto que puntualiza, nos aqueja a ambos, una sociedad convenida entre ambos imperios es lo suficientemente importante para que el propio Lord lo atendiera el mismo, en lugar de enviar a un omega patético y a su fiel sirviente predilecto en su lugar — respondió Edmond con todo el veneno que su lengua pudo producir.
— Escucha estúpido niño rico, el amo Fernand tiene asuntos mucho más importantes que tratar y con personas más poderosas que tú, no tiene que perder el tiempo jugando a los negocios con parias estúpidos que ni siquiera tienen una manada que los respalde, deberías agradecer que se tomó la molestia de enviarnos a nosotros para atender esta tontería — grito Devlyn ya exasperado de la arrogancia del paria que lo miraba con burla frente a él.
— Devlyn, basta, no vinimos a comenzar una discusión absurda, tenemos un negocio a tratar aquí — regaño Alfred haciendo que el viejo ome