Acto III-Su descontrol~
Cadence me grita algo, su voz se pierde junto a mi deseo por asesinar a Etzel. A él, quien siempre anda detrás de lo que es mío cuando ni siquiera compartimos una sola gota de sangre. Mi abuelo lo eligió a él, mi padre, la manada incluso lo admiraba en mi cara jurando que el elegido para liderarlos sería él. Todo lo tuve que obtener por la fuerza, incluso a ella, a la Cadence que me pensaba rechazar esa noche en el festival de la cosecha una noche de Abril ¿Ella también me dejará? Si pudiera elegir seguramente también dirá que Etzel es mejor compañero y aliado que yo.¡MALDICIÓN! ¡NO DEJARÉ QUE ME LA QUITES!
No importa cuántas veces le golpee la cara esta sensación insaciable de ver su sangre en mis nudillos no se detiene. El maldito huele a ella, tiene impregnado la esencia de frutos rojos. Aún escucho sus malditas palabras resonar en mis oídos, repitiéndose en bucle cada vez más claras ¡El cómo se atrevió a decir que debió ser para él! ¡La llamó su flor!
Más… No es suficiente...
¡MÁS SANGRE!
— ¡NOOOOO! — Cady se mete entre los dos y usa su propio cuerpo para defenderlo, eso solo hace que mi deseo de verlo muerto aumente— ¡ERY, DETENTE---!
La he apartado, no es ella mi objetivo así que lo he hecho con la mayor delicadeza posible. Solo tengo algo que deseo en este momento, acabar con ese maldito que no ha hecho más que fastidiar mi existencia.
Cadence intenta acercarse a mí y jalarme del brazo, muy fácilmente logro empujarla con el codo. Etzel también me desafía con su mirada, limpia su rostro y me intenta pegar un puñetazo.
¡DÉBIL!
El sonido de uno de sus huesos al romperse es música a mis oídos.
¡¿VES ESO, CADY?! ¡ES TAN DEBILUCHO QUE JAMÁS PODRÍA PROTEGERTE!
— ¡ERY! ¡NO!
— ¡APÁRTATE, ESTO ES ALGO ENTRE ÉL Y YO!
—¡ES TU HERMANO!
¡¿Hermano?! ¡Ni siquiera nació de mi padre! ¡No es un maldito Avery! Aun así lo tiene todo, nació para obtener todo lo que nunca me darían si no fuera que los obligué a entregármelo.
Le he dicho que no es un Avery, con eso es suficiente para que se desilusione y descubra que no existe mejor partido que yo. Mira a ese débil y escuálido Alfa comparado con mi fuerza y agilidad ¡YO SI SOY UN AVERY!
—Ery, estás loco…
¿Loco? ¡Yo soy quien debería tenerlo todo, no él! ¡La Diosa te entregó a mí porque soy el mejor! ¡Mi hermanastro no es nadie comparado a mi grandeza!
—Incluso si así lo fuera, eres cruel.
¡Está de su lado! ¡Lo defiende!
— ¿Ves eso, Luna? Esa es su verdadera cara.
Etzel sonríe y se dirige a mi pareja como si tuviera la victoria en sus manos. Por solo un momento he volteado, ella está temblando aterrada, escucha cada palabra de mi hermano y me observa como si fuera un monstruo.
¡CÁLLATE!
Todo este tiempo he intentado con todas mis fuerzas cambiar y ser mejor para ella, perdió recuerdos de la historia que escribió, puede verme desde otra luz aunque sea solo oscuridad y destrucción. Este desgraciado está arruinando todo lo que he logrado avanzar con esta mujer a la que---
— ¡ERY, DETENTE POR FAVOR!
Etzel es como una cucaracha, después de molerle a golpes aún tiene las fuerzas o más bien el instinto cobarde de correr y salir huyendo ¡No esta vez “hermanito” me aseguraré de que no vuelvas a decir esas sucias palabras a mi pareja jamás!
No existe mejor cazador que yo, incluso si se ha convertido en lobo e intenta morderme es un inútil, se necesitará más que su débil e inútil lobo para vencerme.
Perseguirlo es fácil, golpearlo también. Ya me está cansando ver tan poca sangre en mis manos, si no muere a golpes entonces debo sacarle el corazón…
Una gran llama se interpone en mi camino separándome de ese lobo escurridizo, el color del fuego es amarillento como el ámbar que tanto me atrae.
Veo para mi decepción que es el fuego de mi pareja, ella me está atacando con todas sus fuerzas. Entre el viento y las brasas que se extienden a su alrededor, Cady me mira con sus ojos como el oro, va en serio, su intención es pelear.Recuerdo nuestros primeros entrenamientos, lo débil que era al principio. Hershey le ha enseñado muy bien a patear y defender pues me alcanza a pegar un par de golpes leves. Su vestido se amolda perfectamente a su cuerpo y la trenza que lleva se ha comenzado a deshacer. Es una guerrera increíble, lástima que su fuerza va dirigida a mí para defender a otro macho. Si usara todas mis fuerzas podría derribarla fácilmente, tiene suerte de que mido cada uno de mis movimientos porque es mi pareja.
Las llamas continúan rodeándonos, incluso si no es un ambiente propicio esa mujer es ardiente. La tomaré y le haré gemir en cuanto baje la guardia…
—Eres… lobo de fue…
Ver la fuerza de Cady me distrajo del hecho de que ha mostrado su poder frente a mi hermanastro. Etzel sobre todos los chismosos que existen acaba de descubrir el secreto que le he ocultado a toda la manada. De verdad, es la perfecta excusa para acabar con su vida ahora mismo. Debo protegerla, si alguien descubre que es un lobo de fuego---
Cadence me ha pegado una patada lo suficientemente fuerte como para romperme el labio inferior.
El olor de mi propia sangre y el hilo carmesí en el dorso de mi mano es suficiente para nuevamente recuperar un poco de mi compostura.
Cady me pateó con fuerza, su mirada está llena de determinación. Su objetivo es detenerme y proteger a mi maldito hermanastro. Sus ojos, un dorado intenso y su posición como un guerrero desafiándome a mí, su propio esposo… para defender a Etzel, de nuevo lo han elegido a él y no a mí.
¿Ella mostraría esa fuerza? ¿Se arriesgaría a meterse con una bestia sedienta de sangre para defenderme? La respuesta me hace sonreír con ironía. No, nadie lo hará por eso solo yo puedo ser fuerte y defenderme con mis propias garras y dientes.
Fui un tonto, de nuevo pensé por un momento que tenía algo que era mío. Me negué a aceptarlo, aunque ella misma me lo ha dicho en mi cara, no es mía. Nada es mío realmente, ni siquiera lo que robé para mí.
Mi pecho late demasiado rápido, mis caninos están a punto de salir, mis garras siguen afiladas y deseosas por reclamar la sangre de ese maldito desgraciado. Pero qué sentido tiene, incluso si acabo con su asquerosa existencia Cady no me verá como algo más que el Alfa tonto que agoniza cada vez que lo llama su “amigo”
¿Por qué defiendes a ese lobo que apenas conoces, Cady? Yo soy tu pareja… ah, cierto no me consideras como tal.
Dime ¿A él también lo llamarás tu amigo?
Seguramente también le dejarás besarte, tocarte y lamerte la piel fomentando esos lazos de amistad ¿cierto?
— ¿Qué quieres decir con eso---?
¡SUFICIENTE!
Estoy molesto, decepcionado, pero lo que más siento es dolor. El dolor de saber que tampoco ella me favorece. Siempre seré la mala semilla, alguien indeseable que se hace respetar por la fuerza.
Desde adentro de mí se libera un gran aullido, uno que exclama lo harto que estoy de todo. Si no me retiro haré algo de lo que me arrepentiré después, los ojos aterrados de Cady me recuerdan a los de esa vez, bañada en la sangre de esos renegados.
—Ery…
¡Aléjate de mí, mujer pérfida!
***
Apenas he podido tranquilizarme, al menos ya no tengo ganas de asesinar y destazar algo a mí alrededor. Veo la lápida de mi madre, no tiene ninguna “fotografía” aun así ya puedo imaginarme que está ahí observándome en silencio y su apariencia gracias al sueño que tuve de Eardwulf. Tal vez mi abuela fuera tan encantadora como la imagen que vi de Galia/Gudrun. Seguramente “Gianna” tampoco sea su nombre real.
No solo estamos malditos teniendo puros hijos varones, nuestras parejas destinadas son puras hembras sin identidad ni origen.
— ¡Ery!
Su voz me calma y a la vez me altera. Su ropa está llena de tierra, lleva la fragancia de las rosas favoritas de Etzel. Su cabello está desordenado y su cuerpo está lleno de sudor. Todo eso me recuerda a la forma en que peleó contra mí. Aún siento el golpe en mi labio.
—Regresa allá con mi hermanastro--
— ¡Eres un idiota!
— ¡Más idiota lo eres tú por aliarte a ese imbécil!
— ¿Aliarme? ¡Ery, estás completamente loco si crees eso!
—¿Entonces aluciné que me hayas golpeado por él?
—¡Lo ibas a matar, Ery! ¡A tu propio hermano!
Ese mismo hermano dijo frente a ti que soy una mala semilla, dijo que debiste ser suya ¡Claro, mi hermano! ¡¿Acaso a mí me defendiste de él?!
—Estuve a punto de hacerlo---
¡Claro! ¡¿Antes de abrazarlo o después de defenderlo?!
¿Qué hacías ahí? Seguramente no es la primera vez que se encuentran, hace unos meses también los encontré a solas en medio del bosque ¿Cómo pude olvidarme de ese detalle?
—Ery, te juro que no sucedió nada con él. Habla de esa forma porque es el segundo protagonista de la historia, él no sabe lo que dice. Estuve a punto de corregirlo.
¿Segundo protagonista? ¡¿Acaso eso está entre las páginas bloqueadas?! Por qué nunca me dijiste eso… ¡Dime cuánto más me has ocultado! ¡¿También sentías algo por el hermano de mi rival?! ¡Por eso lo añadiste a esta historia!
—El señor Eardwulf fue mi jefe por más de cuatro años, a su hermano menor lo conocí apenas unos meses antes de que tuviera ese accidente que me trajo hasta aquí.
No te creo, le añadiste en la historia porque te interesa también.
—De verdad, supe que eran hermanos porque se presentó. Lo llegué a ver algunas veces, contadas ocasiones. Edward era muy amable y me contaba algunos detalles que me eran útiles para la novela---
— ¿Entonces por qué lo escribiste como el segundo protagonista masculino?
—Tuve… dos razones. La primera fue porque necesitaba hacer que el protagonista principal tuviera obstáculos pues no creía que se mereciera una oportunidad por todos sus actos egoístas. En parte fue porque estaba molesta con mi jefe en ese entonces.
— ¿Y la segunda?
—No lo recuerdo.
— ¡VAYA, QUÉ CONVENIENTE!
Cady se muerde el labio como si se sintiera culpable por algo.
—Ery, a mí nunca me interesó Edward. Aunque tuviéramos la misma edad era más… Como un colega con el que compartía ideas, él también escribe y es editor en la sección de novelas románticas. Esa era su especialidad así que me daba algunos consejos.
Bien, digamos que creo tu mentira a medias. Entonces qué hacías con mi hermano, abrazada, justamente en su maldito dominio…
—¡Es tu hermano, Ery! Es normal que me encuentre por casualidad a mi cuñado y tengamos alguna charla ocasional como---
—¡No con él, Cady! ¡Te lo dije, te lo advertí! ¡Soy celoso, posesivo, es lo que soy y es parte de mí porque es la naturaleza de un Alfa! Sin embargo, no es por celos que te lo advierto por única vez. Aléjate de Etzel.
—Ery, es tu hermano. Es parte de la manada, son tu familia--
—¡Tch, ese mal parido no es mi hermano! ¡Es mi hermanastro!
— ¡Deja de gritarme, puedo escucharte perfectamente!
Respiro hondo e intento sonar lo más calmado posible.
—No tienes idea de nada, Cady. Él y su madre son un par de buitres codiciando más de lo que merecen.
—Etzel no es mala persona, no me lo parece, después de todo Edward es---
—¡Es doble cara! —nuevamente debo mantener la calma — bajo esa apariencia de bonachón es un lobo ambicioso que quiere todo lo que es mío. Es capaz de desearte solo para fastidiarme. Apuesto a que ese tal Edward es una basura igual que él.
—Etzel no hizo nada malo. Si, admito que habla un poco extraño, su comentario fue fuera de lugar pero fue respetuoso conmigo todo el tiempo. Solo dijo que le gustó mi historia eso fue todo.
—¿No te das cuenta? ¡Te está adulando para obtener algo!
—¿Ah sí? ¿Qué podría obtener de mí, sí se puede saber? Sabes que no tengo nada que ofrecer, además alguien como él que gusta de leer y compartir historias no puede ser alguien malo---
—¡Eso es lo mismo que quiere aparentar!
—A mí me pareció que fue genuino lo que dijo... Además, es la primera vez que alguien me dice que es admirador de mis historias.
¡Es el maldito colmo!
—¿De verdad no recuerdas lo que dije esa noche?
—¿Cuál noche? ¿De qué hablas?
'Ery, paciencia. Ella no sabe de lo que le hablas porque no lo recuerda'
—¡Claro, convenientemente la señorita olvida lo que de verdad importa porque es muy cobarde para enfrentar la realidad!
—¿De qué estás hablando...?
—Recuerda y haz memoria. Sabrás exactamente a lo que me refiero.
Cadence abre la boca y suelta una bocanada.
—¡Eres un idiota!
—¡Y tú fácil de engañar!
—¡¿Acaso me crees tonta como para no poder ver a través de alguien sospechoso?!
—No. No creo que seas tonta, Cady. Eres crédula.
'No puedo creer que le hayas dicho eso, Ery'
Solo cuando Shawn me ha reprobado lo que dije, es cuando puedo notar que Cady se ha ofendido.
Pero qué más da. Es la verdad. Es crédula y cae fácilmente en trampas de distintos hombres.
—¡¿"Crédula"?! ¡Yo nunca he confiado con facilidad!
—¡Claro que sí lo haces! ¡¿Ya olvidaste como casi te casaste en esa pesadilla con Harvey Collins?! ¡26 veces te engañó! ¡26! ¡Era demasiado obvio que esa vieja falsa no era tu abuela y logró manipularte a su antojo!
Shawn niega con la cabeza cuando Cady se muerde el labio cerrando los ojos. Luego cierra el puño y me ve con gran desdén.
—¿Ahora me reclamas por algo que no podía controlar por el veneno del mata lobos?
Su mirada está llena de dolor. Aunque quiero decir algo ella eleva la voz y me hace enfadar más.
—¡Te recuerdo que tú tampoco actuaste con integridad mientras fumabas en mi cara cuatro cigarrillos! ¡Los cuales contenían acónito, por cierto!
'Tiene toda la razón'
Tú cállate.
—Ese es otro tema, Cady. —Suspiro— Escucha, no quiero pelear, lo que quiero decir es que con unas pocas palabras bonitas crees en cualquiera y meneas la cola como perro de casa porque en tu vida nunca te dieron un mínimo de atención. Estás tan necesitada de afecto que caerías fácilmente por cualquiera---
Shawn está a punto de decirme que lo he arruinado con ese comentario, pero no es necesario pues yo mismo he frenado en cuanto me doy cuenta de que dije algo demasiado delicado e hiriente.
Cady tuerce la boca y me mira con sus ojos color ámbar llenos de furia, eleva la mano amenazando con abofetearme. Si, merezco ese golpe. Adelante, pégame.
Luego, su mano se detiene antes de si quiera rozar mi mejilla. Por sus mejillas caen en su lugar un par de lágrimas.
—Tienes razón... —Dice con una voz seca— Creo demasiado fácil en cualquiera. Soy una crédula, un ser invisible para todos, con falta de atención, sedienta por un cariño tal que caí y creí en unas cuantas "palabras bonitas" tuyas.
No solo es lo que dice, es su mirada llena de decepción crudo y dolor lo que me golpea peor que si me hubiera abofeteado.
—Cad--
—Lo has dejado muy en claro ¿No? Soy una crédula por pensar que un Alfa puede cambiar de un mega cretino a algo mínimamente decente.
También soy una estúpida por creer que este no es el cuento de la Cenicienta y que los hermanastros pueden llevarse bien.
¿Cenicienta?
—Es mi error buscarte cuando eres tan cobarde como para hablar conmigo siempre que algo te molesta. En su lugar prefieres encerrarte y evadirme, soy una estúpida por buscarte. —Traga saliva, ahoga un sollozo en la respiración, luego se muerde el labio conteniendo su rabia—Es mi culpa haberme encontrado con tu hermano, es mi culpa que seas un Alfa y también... es mi culpa estar aquí.
—¡Maldición! ¡Cady, eso no fue lo que quise decir--!
—Como sea. Alfa. Me ha quedado más que claro, debería plantearme mejor a quien le doy mi confianza.
Entonces veo caer sus lágrimas una detrás de otra. Ella se cubre el rostro y limpia con su dorso algunas. Quiero alcanzarla y limpiar unas que se han escurrido por su mejilla, ella aleja su rostro girando hacia un lado y me aparta con un muy leve manotazo, sin fuerzas, sin esperanzas.
—Aléjate de mí, Alfa.
Ni siquiera me llamó "Alfa tonto" como suele decirlo. Su voz es como un poderoso trueno en el cielo que golpea justo en mi pecho.
Ni Ery ni Cady saben con certeza la clase de "relación" que hay entre los hermanos Eardwulf. Mientras que en la "realidad" los dos se comportan de manera más civilizada a pesar de sus diferencias, en un mundo de lobos donde domina el instinto las cosas se pueden salir de control. No solo se libró una batalla por una mujer sino una personal de poder y rencor entre ambos. Sin embargo, quien acabó recibiendo todos esos golpes fue la misma Cady a quien había jurado proteger y a quien acaba de herir con sus horribles palabras.