BRANDON (RELATO DEL PASADO DE LOS PAPÁS
Cecilia se quedó en silencio después de decirlo. El aire se volvió espeso. La suite, que minutos antes había sido un templo de placer, se transformó en un campo minado de incertidumbre.
Thomas no podía creerlo. Tenía una vida perfecta con una esposa bonita que podía presumir en sociedad y un hijo prodigioso, pues era muy hábil al momento de reconocer el talento dentro de la industria del cine.
— ¿Estás diciendo que vas a tenerlo? —Preguntó, sin moverse por el shock.
Ella lo miró con los labios apretados.
— Sí. Es nuestro hijo, Thomas.
— ¿Y pensabas decidirlo tú sola? ¿Tu esposo sabe que estás embarazada?
Cecilia frunció el ceño. Su voz salió cortante.
— ¿Decidir qué, Thomas? ¿Aborto para que sigas durmiendo en tu cama de mentiras? Mi esposo no lo sabe porque el padre eres tú.
Él se giró de golpe, los ojos inflamados, el tono elevándose más de lo necesario.
— ¡No digas eso! No pongas palabras en mi boca. No es eso. . . ¡Es que esto no debería