«Yo…» Me detuve y asentí.
«Estupendo. Y si estás de acuerdo, dejarás que Dominic te ayude con la… ampliación de tu armario». Me guiñó un ojo. «Después de todo, entiendes que tu apariencia refleja la imagen de Dominic y de la Corporación Winter, ¿verdad?».
Contuve el impulso de apretar los dientes mientras contaba mentalmente hasta diez y luego hacia atrás. Finalmente, miré de ella a Dominic. «No creo en dejar que alguien me pague las cosas», dije en voz baja. Luego aparté la mirada. «Pero está bien. Te dejaré comprar algunas prendas. Lo suficiente para que me duren unas semanas. Después, empezaré a comprar una prenda por semana con mi propio dinero».
—Aleena, no es que no pueda permitírmelo… —Perfectamente razonable —dijo Fawna, interrumpiendo a Dominic.
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Estaba agotada.
La semana pasada había sido un torbellino de trabajo, compras, trabajo, estudio, trabajo y más trabajo.
Creo que no había pasado tanto tiempo estudiando a última hora desde la universidad.
Había memorizado una