Tras lo que para ella fueron unos minutos, suaves pasos bajando por la escalera la hicieron incorporarse.

―Oh, lo siento, no quería despertarte cachorra ―

― ¿Tío Arioch? ―preguntó Anna antes de mirar por la ventana, comenzaba a amanecer ― ¿A dónde vas? ―

―Argider está inquieto, así que iba a tomar un café antes de averiguar si Jared estaba disponible para acompañarme en una carrera matutina ―respondió Arioch con amabilidad ―Ya sabes cachorra, por mi condena ―

Ante su explicación, Anna dirigió su mirada hacia el reloj más cercano. Eran casi las siete.

―Jared tuvo vigilancia nocturna, debe estar frito ―bostezó la joven al mismo tiempo que se quitaba la manta que había robado de la terraza ―Yo iré contigo, llamaré a Byron, él suele estar despierto a esta hora ―

―Oh, pero, no quiero molestarte, además, parece que dormiste aquí… ―

Dándose cuenta de sus propias palabras, Arioch frunció el ceño.

― ¿Por qué dormiste aquí? ―

―Es que me desvelé hablando con Marco, para cuando subí, Dante ya ocu