Capítulo 22.2: Reencuentro.
Aturdido, Dante observó como Rebecca y su escuadra ocupaban sus respectivos lugares en una mesa cercana a la de Alastor. Una mesa que estaba lo suficientemente cerca del alfa, y lo bastante lejos de Bastián.
― ¿Estás bien? ―le preguntó Anna en un susurro cuando ambos retomaron el camino
―Sí cariño… ―
―No lo pareces ―murmuró Anna al notar que Dante mantenía la mirada fija en Rebecca, quien, al ver que Alastor y Máximus se acercaban se había puesto de pie al instante
―Es solo que… ¿Recuerdas cuando fuimos a al templo de Selene? ―preguntó Dante en voz queda ― ¿Recuerdas cómo la Diosa nos estaba llamando? ―
―Sí, lo recuerdo… ―asintió ella ―Su voz era cálida y muy dulce, sin embargo, Amara decía sentirse más atraída por una suave energía, más o menos igual que cuando conocimos a Gerard o a Desa…espera ¿Damon se está sintiendo así? ―preguntó al entender a dónde quería llegar su compañero
―Sí ―suspiró Dante ―Aunque lo de Desa y Gerard no sé si sea similar, te recuerdo que yo no me sentí así