Capítulo 15.6: La espada de Darién.
Ciertamente Alastor ya no lo culpaba, incluso, ya había comenzado a tomarle cariño nuevamente. Sin embargo, debido a que tenía que explicar el motivo del por qué tomó muchas de las decisiones que tomó en aquel entonces, optó por no fijar la mirada en Arioch para no hacerle sentir más culpa.
—Muy independiente a tus buenas intenciones, la espada de Darién es algo sagrado para nosotros, ¿cómo pudiste entregársela a humanos? ¡A cazadores! —rugió Bastián
—No le perdí el respeto a esa espada abuelo —dijo Alastor sin alterarse —Pero esa espada no puede ser utilizada por ningún lobo o licántropo al estar hecha de la plata más pura de la tierra, por lo que, ¿Por qué tenerla detrás de una vitrina mientras puede servir para proteger a otros? —
—¿Proteger a humanos? —preguntó Bastián arqueando una ceja
—No me hagas contarte mi historia otra vez —dijo Alastor con una pequeña sonrisa en los labios
La verdad era que el príncipe disfrutaba recordando sus tiempos de joven, aquellos que vivió en el pe