Una vez que ambos licántropos terminaron de ejercer su dominio con un fuerte gruñido, ambos volvieron a su forma humana para recibir el cariño y el amor de los presentes en forma de ovaciones y fuertes aplausos.
Con una sonrisa, Alastor finalmente volvió a su lugar junto a su familia para, después, guiarlos de regreso a las sillas que se habían dispuesto para ellos.
Máximus, por su parte, regresó al podio, donde continuó con su discurso.
Tras presentar a la familia real, lo siguiente en el programa eran los agradecimientos y reconocimientos a todos aquellos que habían intervenido en la lucha por Arcadia.
Comenzó por agradecer a los hermanos Dupont, explicando cuidadosa y detalladamente la participación de cada uno de los hermanos en la batalla mientras que ambos, subían al escenario en compañía de un joven ligeramente mayor que ellos.
―Creo que todos saben que, durante siglos, Arcadia ha sido protegida de la vista humana por tres aquelarres de hechiceros, los cuales son Solárium, el ú