Capítulo 1.6: Guardianes Sagrados.
Al ver como Ulises guardaba silencio en el acto ante la petición de su novia, Gerard rio y se inclinó ligeramente sobre Ceres para poder susurrarle algo.
Al escucharla reír, Ulises clavó sus ojos en Gerard, quien se llevó un dedo a los labios para indicarle que debía guardar silencio.
Resignado, Ulises no dijo nada y finalmente clavó su mirada en Máximus, quien, en ese momento, revisaba el contenido de una carpeta antes de volver a fijarse en la multitud.
―Una vez aclarada la situación con los sagrados aquelarres, me gustaría continuar esta asamblea agradeciendo a todos aquellos que estuvieron involucrados en mi rescate, pues, sin duda alguna, sin su ayuda, les puedo asegurar que no estaríamos aquí ―dijo Máximus clavando sus ojos nuevamente en el contenido de aquella carpeta ―Tras haber sido liberado por mi hijo, yo quedé en manos de dos habilidosos híbridos, los cuales, se encargaron de crear un antídoto para eliminar el veneno que Samael Mendel me había estado administrando para man